Experimentar con la cámara mientras llueve, sentir las gotas caer y pedirle al cielo que escampe, que no se moje la foto, ni el camarógrafo y sin embargo, admirar la forma real de las montañas, esos verdes de aquellos colores a los cuales no estamos acostumbrados, esa gama de grises que hacen ver los lejanos árboles como si fuesen acuarelas y los cultivos de papa como una hermosa textura. Si soy feliz con los paisajes no acostumbrados, con la lluvia que me acompaña y con la emoción de vivir en el paraíso.
Mapas mentales, definición y enlaces de interés.
Hace 10 años
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