rss
email
twitter
facebook

viernes, 2 de abril de 2010

fiNalmente caminamos


Pues si, finalmente encontré con quien volver a las lajas, Johny y Marucha.
El recorrido que comenzó a las 7 de la mañana del miércoles santo, fue largo y difícil, pero lleno de grandes satisfacciones. Ustedes, los que me conocen saben que no lo hago por devoción, pero me gusta caminar, me gusta ver paisajes y siempre he querido tener grandes recuerdos en mi memoria.
Por eso me animé a volver, las 27 horas de camino sirvieron para tomar 1748 fotografías, algunas sirven mucho, otras no tanto y otras son videos que me tomé yo mismo, jejeje.
dEsde hace varios años quise hacer un video con un recorrido así y mi idea se mantiene, por eso quiero aprovechar las fotos para ser el primero en publicarlas en un formato audiovisual, pero mientras caminaba se me ocurrió que también puedo hacer una exposición individual a ver si de pronto alguien se anima a tener pequeños momentos de mi frágil memoria.
dEbo agradecer a mis acompañantes, es claro y obvio que sin ellos no hubiese sido lo mismo, de hecho un peregrino me confirmó mis sospechas cuando me contó que la única vez que caminó solo, no llegó.
mE divertí mucho, especialmente en la primera trocha cuando el cuerpo y los ánimos nos permitieron correr a pesar de la lluvia y lo resbaloso del terreno.


tAmbién disfruté mucho los almuerzos: el de las 3 de la tarde en eL pEdregal, el de después de la visita al santuario en iPiales y la cena de 1.30 en la madrugada en sAn jUan. dEfinitivamente lo más placentero de este mundo es comer cuando uno tiene hambre!
a juzgar por la cantidad de fotos, me llamaron la atención muchas cosas, pero me interesó mucho la gente, lo que conversaban y las cosas que decían, unos prometían jamás volver y sin embargo otros ya estaban planeando el próximo viaje. dEbo admitir que me sorprende la devoción con la gente acude a la cita anual, pero también como esta costumbre se transmite de generación en generación porque varios niños caminaban al paso de sus padres. oTros, los que no podían ir, nos regalaban agua o cafecito con pan sin pedir nada a cambio, o bueno, que recemos por ellos que por una u otra razón no podían ir caminando.
aL final, fue reconfortante saber que a pesar de mi sedentarismo, todavía estoy en forma, no me quejé mucho y aproveché a pedirle un par de favores a la virgen, espero volver otro año, vivir nuevas emociones y cumplir mis propias promesas.
uN abrazo a todos los que mandaron sus buenas energías, a ver si se animan pa' la próxima.

No hay comentarios: